Toxicidad del marisco
Existen ciertos riesgos que se pueden derivar del consumo de algunos mariscos. Como primera recomendación. Como primera recomendación, no deben consumir mariscos crudos las personas con enfermedades hepáticas, alteraciones inmunológicas (sida, cáncer, etc.) o problemas gastrointestinales. Entre los mariscos hay que prestar especial atención a los moluscos bivalvos. Tradicionalmente, el hombre ha comido moluscos bivaldos crudos o casi crudos (como ostras, almejas o mejillones) debido a que su sabor y su textura son diferentes y más delicados que cuando están cocidos, además de que, desde el punto de vista nutricional, retienen más nutrientes que los cocinados. Sin embargo, al consumirlos se ingiere todo el animal, incluido su aparato digestivo y lo que haya en su interior.
Los organismo acuáticos respiran obteniendo el oxígeno del agua de la que están rodeados, y cuando se alimentan, inevitablemente ingieren agua junto con el alimento. Toda su fisiología está condicionada por la presencia del agua y de las sustancias en dilución o en suspensión en ella. Esto hace que cualquier elemento nocivo que se encuentre en el ambiente en el que viven entren en contacto y, en algún caso, se integre en los tejidos, órganos y sistemas de los animales que van a ser consumidos como alimento. Entre ellos cabe citar bacterias (que causan gastroenteritis y cólera), virus (que causan hepatitis A), sustancias químicas (metales pesados como el cadmio o el plomo), toxinas como las biotoxinas marinas y otras impurezas. Estas sustancias quedan adheridas en su cavidad paleal y en el interior del aparato digestivo, del que sólo pueden ser desalojadas, sin comprometer la vida del bilvalvo, mediante el paso de agua limpia por él durante bastante tiempo, lo que se conoce como depuración de los moluscos bivalvos.
Minerales
El pescado es rico en minerales como el yodo, calcio, fósforo y selenio.
El pescado y los mariscos son generalmente bajos en calorías. Son ricos en proteínas y minerales como el calcio, hierro, yodo, cinc, selenio, fósforo y potasio.
Por su calidad nutricional, el consumo de pescados y mariscos, se considera una alternativa adecuada al consumo de otros alimentos que pueden tener un alto valor proteico, pero peor calidad de la grasa.
Además son alimentos sabrosos, fácil masticación y digestión. Son fáciles de cocinar y admiten multitud de preparaciones.